Mi cuñado se ha tatuado en un brazo unos de los poemas que he dedicado a su hija, mi sobrina Haizea. Que mis palabras sirvan para que un padre deje testimonio de amor a su hija; que alguien decida llevar unos versos míos escritos en la piel para siempre; que un poema hecho con tanto cariño haya encontrado un lugar ten especial... Uno de esos momentos de emoción que te da la poesía... digo la vida.
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