Es un gusto oír a Enrique Gracia Trinidad y a Andrea Navas
recitando, aunque sea la lista de la compra. Saben llenar de matices y emoción
cualquier cosa que digan en voz alta. Así que podéis imaginar lo feliz que me
siento cuando me hacen el honor de elegir poemas míos para recitarlos en
público, además junto a los de poetas de tanta calidad como Angélica Morales,
Inma Pelegrín o Toño Jerez. Uno de esos extraños y gratos honores que a veces
te da la poesía.
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