Ayer sábado presentamos el libro Exorcismo para todos los
demonios, de Carmelo González (Edit. Lastura, 2016), en la Cervecería El Museo
de Móstoles, dentro del ciclo Los Sábados Culturetas del Museo, que organizamos
él y yo desde hace unos años.
El entorno íntimo de la cervecería, y los amigos que nos
acompañaron, crearon un ambiente de calor y cercanía muy propicio para recitar
poemas. Poemas entre amigos y cervezas.
Me toco recitar varios poemas de Carmelo. No es ningún secreto que es uno de mis poetas favoritos, por su poesía cercana, directa,
elegante y llena de contenido. Pero, cuando te toca leer los poemas en voz
alta, te das cuenta del ritmo y la potencia interna que tienen, de cómo el
mismo poema es el que te va llevando en volandas hacia la emoción.
Y, aunque ya lo he dicho varias veces, quiero insistir en
esto: Mi endecasílabo favorito en castellano es “polvo serán, mas polvo
enamorado” de Quevedo. Inmediatamente después va este magnífico verso de
Carmelo: “Un poco de Dios puede ser que exista”.
Noche de las que hacen afición a la poesía.