sábado, 18 de febrero de 2012

Balance Poliédrico

El próximo sábado Balance de Situación vuelve a las calles. Será en una presentación conjunta con el magnífico poemario Poliédrica, de Carmen Ramos. Los datos de la convocatoria son:

BALANCE POLIÉDRICO
Sábado, 25 de febrero de 2012
19:00
DIABLOS AZULES
C/Apocada 6
Madrid
(Metro Tribunal o Bilbao)

Os esperamos a todos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Groenlandia 13


Ya ha salido el número 13 de Groenlandia, una de las revistas literarias más recomendables de las que circulan por la Red. En este número colaboro con una reflexión sobre los Best-Sellers.

Seguro que el número 13 trae mucha (y merecida) suerte a la aventura groenlandesa.

Revista Groenlandia 13 en isuu

Revista Groenlandia 13 en scribd

martes, 14 de febrero de 2012

Arrebato

Llamadme tópico, llamadme cursi. Pero hoy es el día de los Enamorados, y esta semana comienza el carnaval. Así que mi manera de invitaros a disfrutar del amor y de la carne es este poema incluido en Balance de Situación. Disfutad.

Arrebato

Amaos sin pausa ni pudor:
Besaos bajo las farolas;
devoraos con los ojos
y con las bocas y con el alma.
No temáis a la cursilería,
no temáis las miradas torvas
de aquellos que nunca amaron.
Amaos a la luz, amaos en los parques,
amaos en medio de las calles;
que tengan los coches que esquivaros,
detened el tráfico si es preciso:
todo pare mas no el amor.

domingo, 12 de febrero de 2012

Reseña de Balance de Situación en la Revista Letras

La revista Letras, en su número de febrero, ha publicado la reseña que Antonio Daganzo ha escrito sobre Balance de Situación. Os dejo el enlace de la revista, y el texto de la reseña de Antonio:


LAS CUENTAS BIEN HECHAS

Balance de Situación
Antonio J. Sánchez
Guadalturia Ediciones, Sevilla 2011

Nacido en Sevilla en 1971, aunque afincado en la periferia madrileña desde hace algunos años, Antonio Sánchez (o “Antonio J. Sánchez”, como él gusta de firmar sus textos), habrá de recordar el año 2011 como el de su auténtico nacimiento a las letras publicadas. Es verdad que su talento ya había sido reconocido en diversos certámenes –y no sólo de poesía; también de cuento y ensayo-; es verdad igualmente que antologías y revistas de cierta relevancia no dejaron escapar sus versos cuando tuvieron oportunidad de difundirlos. Pero hasta 2011, y gracias a los Cuadernos de Poesía “El Hilo Creador” del Centro Cultural “Ángel Leiva”, publicados por Lautaro Editorial Ibero Americana (Sevilla), no pudo ver la luz su primera obra firmada en solitario, la plaquette Donde nadie oye mi voz, cuya brevedad no fue óbice, desde luego, para que constatásemos cuanto ya de lejos intuíamos –recitales mediante, sobre todo-: la claridad, la vibración, el calado simbólico y la amable agudeza de una voz poética genuina. Faltaba aún, sin embargo, disponer lo siguiente; preparar ese paso inmediatamente posterior que es a la vez fin y principio, y que, en el caso de Antonio, tenía que servir –como ya lo está haciendo- para afirmar la personalidad propia a despecho de una inherente modestia. Tal cosa ha ocurrido, al cabo, y en las postrimerías de este mismo 2011, merced a Balance de situación, el primer poemario, en efecto, de Antonio J. Sánchez, que la sevillana Editorial Guadalturia ha querido para sí y no de cualquier modo, sino para abrir, por decisión del también poeta y dinamizador cultural Fran Nuño, su nueva colección de poesía, denominada “Extraversos”. Acierto sobresaliente, además de magistral golpe de mano por el cual la figura de Antonio ha pasado a colocarse, fehacientemente, donde siempre debió estar: entre lo más destacado y prometedor de la nueva poesía española. Y ello sin tener que renunciar a esa generosidad tan suya que le lleva a compartir escenarios donde sea, a celebrar lo ajeno sin ambages, y a luchar verso a verso por esa cívica pasión, necesario resorte del mañana, que llamamos cultura.

Un poemario como Balance de situación, o, mejor dicho, la oportunidad de cuajar un libro así y ahora, suponía para Antonio Sánchez un reto nada simple. ¿Cómo presentar buena parte de los frutos de una creación de años que no había sido publicada? ¿Cómo validarla en el contexto de un poemario tardío de presentación, habida cuenta de todo lo ya escrito? Con una muestra más de su talento, indudablemente; acertando a reunir lo mejor de su verso valiéndose de una coherencia autobiográfica admirable, mera estructura incluso de Balance de situación. Antonio, ante todo poeta, pero también técnico en administración y finanzas, y profesional de los números de empresa para ganarse el pan de cada día, ha dejado al contable eficaz la organización del libro, de manera que en un “Asiento de apertura”, en la sistemática dicotomía del “Debe” y el “Haber”, y en el “Saldo” final, gozosamente inevitable, propicia, despliega y remata, en efecto, el “balance de situación” que su yo poeta, quizá más que en ningún otro caso, necesitaba aquí. Propuesta original y valiente, que va más allá de planteamientos como el de Mario Benedetti y sus famosos Poemas de la oficina, y que, sobre todo, otorga una completa amplitud de miras desde una atalaya oficinesca que no ha de ser ya forzosamente escenario sino accidente interiorizado y trascendido. Por eso, aunque el sujeto lírico declare –en el poema “Sanción Administrativa”- que le han retirado “el carnet / de poeta bohemio”, puede escribir –en otro titulado “Inspiración”- “versos como agujas, versos como látigos”, para probar sucesivamente, página tras página, y tal como afirma en el felicísimo “Asiento de apertura” del libro –“Teorema”- que “en poesía, la línea recta / es siempre la distancia más larga”.

Con la cadencia segura de su verso libre, en absoluto preocupado por los rigores más notorios del ritmo, Balance de situación va construyendo un discurso que, a bote pronto, puede parecer vinculado estéticamente a esa corriente actual de nuestra poesía que, dentro de presupuestos realistas, ha venido en denominarse “de línea clara”, mas uno de los primeros poemas de la obra, “Visión matinal”, con sus poderosas y abismáticas imágenes (“Las golondrinas extienden cuchillos / que seccionan / el cartílago dorado del alba”), deja meridianamente claro que el tono general del libro, de expresión sencilla, no habrá de excluir episodios de deliberada densidad metafórica. En cualquier caso, resulta mucho más importante subrayar los dos aspectos que, a mi juicio, vertebran y sustentan el contenido del poemario: primero, una conciencia de la individualidad en permanente diálogo con la colectividad, del yo con los otros para la adecuada forja social del “nosotros” –en el poema “Anónimo”, situado casi en el centro del libro, se llegará a afirmar que “no ser nadie / es la mejor manera de ser todos”-; segundo, la rica polisemia de la ya comentada estructura “Debe / Haber”, un mero juego de opuestos en principio, pero que no tardará en mostrar al lector muchas más posibilidades de sentido de las que se esperaban. Con todo, la estructura contable no duda en otorgar nitidez a sus particulares contrarios en los cinco dípticos amorosos que jalonan la obra, deparando el último de los cuales, por cierto, un texto verdaderamente extraordinario, “Adiós”, con su asunción luminosa de un dolor ya hecho historia personal. Quizá “Adiós” sea el poema más conmovedor de cuantos haya escrito Antonio Sánchez hasta el momento, naturalmente junto al “Saldo” de este Balance de situación, el conclusivo “Salario del poeta”, que define con exactitud hasta qué punto la emoción es consustancial a nuestro oficio.

Genuina e intuitiva; indagadora de lo salvaje pero siempre con un punto de ternura; tendente a la sorpresa, a la agudeza y el humor, sin descartar las paradojas sarcásticas y la revisión de los tópicos; capaz, en fin, de cantarle por sí misma al dolor y al amor para todos y desde todos, la voz de Antonio Sánchez, con todo eso y mucho camino por delante todavía, da su primer paso de gigante gracias a este poemario inaugural, cuyo disfrute recomiendo encarecidamente. Si el libro ha tardado en llegar a nuestras manos, que sea nuestra lectura pronta y plena, en justa compensación. Para que, a la hora de los balances literarios, las cuentas, de principio a fin, nos salgan bien.

ANTONIO DAGANZO